martes, 28 de enero de 2014

Grasas de buena calidad, ¿dónde?


Nuestro cuerpo necesita grasa para realizar todas sus funciones, cada célula del organismo está compuesta entre otras sustancias por colesterol, necesario para la vida ya que permite que las células crezcan y se produzca su recambio. Hay que tener en cuenta que el exceso de colesterol es perjudicial.

¿Que ocurre cuando abusamos de la ingesta de grasa o cuando tomamos grasa de mala calidad?

Ésta se acumula en el organismo, en el tejido adiposo y resto de órganos, haciéndonos engordar, retener líquidos, produce trastornos hormonales, circulatorios, cardíacos y sanguíneos. También produce hipertensión, colesterol alto, problemas en los riñones y en la vejiga, incluso cáncer y apneas del sueño.

Se sabe de sobra de dónde adquirimos las grasas que nos perjudican: de los productos industriales de pastelería, carnes, embutidos, aceites de mala calidad...

¿Pero de dónde podríamos conseguir grasas o ácidos grasos de buena calidad?

Principalmente del aceite de oliva de primera presión en frío, es importante que sea de primera presión en frío para que no haya estado a altas temperaturas y que así mantenga todos sus nutrientes. Más aún cuando lo vamos a calentar, asegurándonos que es la primera vez que se somete a calor y no la segunda, como pasaría cuando no es prensado en frío.

También las encontramos en todo tipo de semillas, donde además de ácidos grasos de buena calidad encontramos calcio (semillas de sésamo), hierro (semillas de calabaza), omega 3 (lino),  vitamina E/ácido fólico/magnesio (girasol)...

Encontramos ácidos grasos de buena calidad también en los frutos secos, son especialmente recomendables las nueces por su contenido de omega 3 y las almendras por su contenido en vitamina E, ácido fólico, calcio y magnesio.

Si le damos a nuestro organismo grasas de buena calidad, éste no nos pedirá otros tipos de grasas que sean perjudiciales para la salud como hemos visto. 

Adelántate y dale a tu cuerpo lo que realmente necesita, no esperes a que éste te lo pida en la forma más perjudicial.

"Escucha los susurros y no esperes a los aullidos"

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