sábado, 19 de octubre de 2013

Cómo prevenir el cáncer de mama a través de la alimentación

Hoy, 19 de octubre, es el día mundial contra el cáncer de mama, proceso inflamatorio donde las células se multiplican de forma anormal y descontrolada, dividiéndose más rápido de lo normal y sin eliminarse cuando el cuerpo ya no las necesita. Se investiga sobre como curar esta enfermedad pero la realidad es que algo se está haciendo mal cuando a pesar de los medios utilizados en las últimas décadas no se obtiene nada en claro.


Los progresos de la biología, las técnicas de detección, cirugía, radioterapia y los medicamentos no han producido una revolución terapéutica. El cáncer no retrocede y cada vez son más frecuentes algunos cánceres rebeldes a los tratamientos. Los investigadores tienen que proponer nuevas vías de estudio para salir de este callejón sin salida que se presenta actualmente en la ciencia.

No se sabe exactamente el origen del cáncer, hay muchos estudios que lo relacionan con productos químicos, fumar o estar expuesto al humo del tabaco, consumo excesivo de alcohol, toxinas ambientales, exposición excesiva a la luz solar, problemas genéticos, obesidad, radiación (rayos X), virus (de la hepatitis B y C por ejemplo, que favorecen el cáncer de hígado o algunos papilomavirus que aumentan el riesgo de cáncer de cuello uterino), bacterias no intestinales (como el helicobacter pylori que es causa de algunos cánceres del estómago)…

Aunque hay muchas causas que se nos escapan, lo que está claro, desde mi punto de vista es que la alimentación y los hábitos de vida son uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta. Y es curioso que actualmente, muchos médicos siguen sin darle la importancia que deberían. Justo la semana pasada en un curso de alimentación que impartía, una persona me contaba que cuando le preguntó al médico (una vez diagnosticado el tumor de mama) por qué tipo de alimentación llevar a cabo, éste le dijo que no se preocupara por esas cosas que no tenía nada que ver. Me invade una profunda tristeza al escuchar estas cosas, no se si es la ignorancia o la falta de capacidad por ver al ser humano como un ser en sí mismo, mucho más que la suma de sus partes. 

Me gustaría dar algunas recomendaciones en cuanto a alimentos que deberían evitarse y alimentos protectores que deberían ingerirse a la hora de prevenir, o una vez diagnosticado, el cáncer.

Alimentos a evitar:
  1.          Azúcar (hidratos de carbono refinado como pan blanco, arroz blanco… a parte del azúcar que conocemos) y grasas saturadas porque el cuerpo segrega insulina y un factor de crecimiento (IGF-1)  que favorece el desarrollo tumoral de células de cáncer de mama
  2.           Alcohol
  3.           Productos ahumados y/o quemados
  4.           Productos lácteos
  5.           Carnes
  6.           Alimentos en conserva…
Alimentos protectores:
  1.         Frutas: sobre todo los frutos rojos como el arándano, la fresa o la frambuesa y los cítricos como el limón y la naranja por el efecto antioxidante.
  2.           Verduras: especialmente las setas por su poder depurativo, retrasando el desarrollo del cáncer.
  3.           Aceites de pescado, nueces y semillas de lino por ser ricos en omega 3 y tener efecto antiinflamatorio.
  4.           Algas de mar: wakame, nori, dulce, arame, espagueti de mar… por ser ricas en minerales como el calcio, el selenio o el magnesio.
  5.           Verduras fermentadas (pickles o chucrut) por regenerar la flora intestinal y fortalecer el sistema inmune gracias a los probióticos que aporta.
  6.           Infusiones de manzanilla dulce o amarga, malva, hibisco, regaliz o matricaria por su poder antiinflamatorio.
  7.           Aloe vera ingerido en forma de gel por su poder regenerativo, cicatrizante, antiinflamatorio y depurativo.
  8.           Especias como cúrcuma o jengibre por su alto poder antiinflamatorio, anticancerígeno y antimicrobiano.
La obesidad y la falta de ejercicio físico se relacionan con el 25-30% de los casos de cáncer de mama.


La prevención es la mejor recomendación, a través de una alimentación adecuada, ejercicio físico moderado y hábitos de vida saludables.

Hasta pronto!

sábado, 12 de octubre de 2013

Alimentación energética en otoño, estación del elemento METAL

Hola a tod@s,

Empezamos hace unas semanas una nueva etapa, la época del elemento metal para la medicina tradicional china. Época de máxima contracción de energía, densidad, fuerza, cohesión y poco movimiento. Es ideal para conectar con el espíritu, buscando tranquilidad y paz.

Los órganos que rigen esta estación son los pulmones y el intestino grueso. Si estos órganos están desequilibrados habrá tristeza, melancolía, energía bloqueada, ideas confusas, nostalgia, faltará estima personal, la persona será sarcástica y estará cerrado al mundo.
Cuando este elemento está en equilibrio se es capaz de discernir entre lo que nos hace crecer y lo que no, y se elimina lo que no sirve a nivel físico, mental y emocional.

Para equilibrarlos es bueno tomar hierbas aromáticas, especias y picantes de buena calidad (como puede ser jengibre o rabanito). Estos alimentos mueven energía y desbloquean el pulmón.
El color relacionado con el otoño es el blanco, el sabor el picante, el momento del día la noche y la función es la de limpieza, drenaje y retención.

Alimentos como los lácteos, harinas, levaduras, horneados (pan, galletas…), grasas saturadas o carnes bloquean estos órganos. También lo hacen las texturas pegajosas, muy secas o muy duras porque impiden la eliminación correcta.
A nivel físico es un buen momento para mejorar hábitos de vida. A nivel emocional, ayuda el analizar de qué podemos desprendernos, pensar en nuestros apegos y ver hasta qué punto son necesarios o los hacemos necesarios. Tirar ropa que no usamos, cambiar de sitio algún mueble en casa, intentar cada día hacer algo diferente (ir al trabajo por un camino distinto, hablar con alguien que no conoces, dar un paseo por algún lugar nuevo...) son algunas recomendaciones que parecen sencillas pero que muchas veces nos resistimos a llevarlas a cabo por estar en aquella zona que conocemos y nos da seguridad (denominada zona de confort). Si empiezas haciendo pequeños cambios a pequeña escala en tu vida conseguirás un efecto muy grande (y beneficioso), llamémoslo efecto mariposa (según la teoría del caos). 

Una sonrisa