domingo, 1 de septiembre de 2013

Cómo fortalecerse tras el verano, alimentación en la estación del elemento TIERRA

Ayer cuando llegué a Madrid tras las vacaciones había un olor diferente, el aire ya no es de calima como semanas atrás y me di cuenta que la energía había cambiado. Entramos en la estación del final de verano y principio del otoño, que para la medicina tradicional china es una etapa diferente al verano, la estación del elemento TIERRA.

Es la época donde se recoge la cosecha y necesitamos nutrirnos para eliminar el exceso de alimentos yin que hemos tomado durante el verano. Si tenemos equilibrio, nos encontraremos seguros y conectados con la tierra y el universo. Donde escuchamos a nuestro corazón y nuestras necesidades, compartiendo con los demás desde una estabilidad y un centro. Es un bonito momento para ganar consciencia de la comunidad universal a la que pertenecemos, un momento para cooperar, ayudar y compartir.

Los valores que rigen esta estación son la hermosura, la igualdad, la compasión y la generosidad. La energía empieza a ir en sentido centrípeto (hacia dentro) pero de manera lenta y relajada, el movimiento calienta, refuerza y relaja. Es un momento para empezar a interiorizar e ir abandonando poco a poco la energía del verano que nos impulsa hacia fuera.

Los órganos de la energía Tierra son el estómago, el bazo y el páncreas, órganos del plexo solar, centro emocional que se ve muy afectado cuando hay estrés o dificultades en la vida. El color es el amarillo, el momento del día el atardecer, y el sabor dulce.

Puede haber un desequilibrio por un déficit de este elemento, en este caso notaremos fatiga, gases, dificultad para perder peso, poco apetito, lengua y labios pálidos, tono muscular bajo, varices, retención de agua e hipoglucemia. A nivel alimenticio si sentimos esto es recomendable eliminar las galletas, chocolate, vinagres, productos lácteos, alcohol, café y azúcar refinado que debilitan aun más la digestión y dan fatiga.

Si el desequilibrio es debido a un exceso del elemento tierra habrá sobrepeso, vómitos, posibles infecciones como cándida... A nivel alimenticio es recomendable eliminar la proteína animal con grasas saturadas o comida con mucha grasa, comida quemada y comida excesivamente seca.

A nivel mental y emocional, personas que necesitan equilibrar este elemento son aquellas que se quejan, buscan la compasión, dudan, tienen pensamientos repetitivos y estancados, cínicos, celosos, necesitan a los demás en exceso, se sienten incomprendidos, pena de sí mismos, dificultad para concentrarse, excesiva preocupación por los demás, una especie de neblina que les dificulta pensar con claridad.

Recomiendo tomar mucho dulzor natural de los alimentos, este dulzor mejora las digestiones y nos equilibra. ¿A qué me refiero por dulzor natural de los alimentos? Me refiero a tomar hidratos de carbono complejos como: arroz integral, trigo sarraceno, mijo o quinoa, compotas de frutas cocinadas con una pizca de sal, verduras redondas (zanahoria, cebolla, boniato…) estofadas, al horno o en mantequilla (ver receta). A parte de proteínas vegetales como legumbres, tofu o seitán y algas que refuerzan el sistema nervioso y verduras de hoja verde que nos dan el frescor y las vitaminas que necesitamos.

Para mejorar la digestión también recomiendo comer despacio, no beber durante la comida, no comer demasiado, cenar temprano, no comer entre comidas pero tampoco dejar de comer durante muchas horas (debilita el fuego digestivo) y tener unos horarios fijos de las comidas.

Podéis poner en práctica esta sencilla receta, que calienta y da mucho dulzor.

Mantequilla de cebolla

Ingredientes:

3-4 cebollas cortadas a media luna, 1 hoja de laurel, 2 c.s de aceite de oliva y una pizca de sal.

Preparación:

Calentar el aceite de oliva y añadir las cebollas con una pizca de sal y el laurel. Cocinar sin tapa durante 10 min.

Poner la tapa y cocinar durante 45 minutos, añadir una pizca de agua si fuera necesario.

¡Qué la disfrutéis!!