sábado, 29 de agosto de 2015

Inspiración y contentamiento

Anoche tuve la última meditación con Swami Atmarama y su última frase fue "que encontréis la inspiración en la vida", inspirar, inspiración, algo me resonó... Me pregunté qué era para mi inspiración y llegaron varias idea...


Primero pensé en inspirar, como energía que genera la vida, respirar, prana en yoga, esta energía reside en el pecho y tiene diferentes ramas, una de ellas es  samana que es la energía que nos permite digerir (alimentos y emociones) y reside en el plexo solar (ombligo) otra es apana, que permite eliminar lo que nuestro cuerpo ya no necesita, físicamente lo hacemos a través de la orina, sudor y heces. 

Y me acordé de la definición que el Ayurveda nos da de salud: 

"Samdhosa samagni samdhaty malahkriya prasnna atma indriya mannals wasth etihidhiyet"

Que significa: equilibrio de las energías en el cuerpo, buen fuego digestivo (fuerza para digerir), buena eliminación, buen funcionamiento de los sentidos y ser feliz.

En yoga, un requisito importante en el camino de desarrollo y conocimiento de uno mismo es "santosa" que significa "contentamiento" que está muy relacionado con los sentidos. A través de los mismos (los órganos de los sentidos) experimentamos la vida y santosa viene a ser la capacidad de ser feliz bajo cualquier situación. Nuestra alma es eterna, lo que ocurre a nuestro alrededor no somos nosotros, tampoco somos nuestra mente, ni nuestros sentidos, ni nuestras emociones, somos algo mucho más grande, somos pura consciencia. En la India esta idea (que cuesta comprender racionalmente en occidente) vive en la esencia de las personas, por eso se vive la espiritualidad como se vive.

Inspiración para mi, es tener una idea y empezar a tirar del hilo, creando algo nuevo, disfrutando del proceso, sintiéndose canal y accediendo a la fuente para traerlo en forma de escritura, música, poesía... A esta realidad que vemos y tocamos.

Pensando en inspiración me viene a la mente también esa sensación de que la acción o la palabra fluye gracias a una conexión con uno mismo, a una conexión con la persona que tenemos delante o una conexión con la naturaleza. Cuando uno se siente inspirado, actúa y siente, nada se interpone en el camino, son momentos de creatividad, de creación, de mostrar aquello que llevamos dentro. En la esencia reside el todo, porque es nuestra alma, algo permanente y eterno. Cuando nos conectamos a la fuente sentimos una felicidad inmensa que no depende de cosas exteriores, va mucho más allá. 

El malestar aparece cuando tapamos la luz, nos desconectamos de la fuente y de esa esencia que tenemos dentro.

Trayendo esta idea a algo más terrenal, me viene a la cabeza una persona que el invierno pasado en consulta me decía que después de trabajar, al ir hacia casa pasaba por delante de una tienda de chucherías y no podía resistirse el entrar y comprar unas sandías, ese sabor ácido, tras todo el día trabajando, antes de llegar a casa y "desconectar", era superior a sus fuerzas. Es un ejemplo para entender como nos dejamos llevar por nuestros sentidos, por la parte más inconsciente (se calcula que utilizamos aproximadamente el 10% de nuestra capacidad), si en ese momento en el que estamos delante de la tienda de chucherías tomamos consciencia, utilizamos los sentidos de forma consciente y nos preguntamos: realmente, necesito esa sandía ácida? Qué me aporta? 

Cuando descubrimos y experimentamos nuestra parte más espiritual, con estados de mucha paz, serenidad y felicidad, todo se vuelve más fácil, las sombras se hacen débiles (ya no necesitamos la sandía dulce con ese toque ácido), los sentidos y deseos más bastos (como puede ser comer sin hambre, solo por gula) empiezan a perder fuerza.

Y cómo no va a estar relacionado la palabra inspiración con respirar físicamente hablando, con inhalar y exhalar. Aprender a respirar correctamente es la base para inspirarse y vivir la vida plenamente.

Por todo ello, mi consejo:

Come sano, Aprende a respirar, Conócete y Que el contentamiento forme parte de tu vida.