Partiré de los conceptos Yin y Yang, los cuales provienen del
taoísmo y se basan en el dualismo de todo lo que existe en el universo. La
medicina tradicional China estriba en estas dos fuerzas opuestas y
complementarias, ya que todo está integrado por estas energías (el día es Yang,
la noche Yin; el calor es Yang, el frío es Yin; la sequedad es Yang, la humedad
es Yin; lo que está concentrado y apretado es Yang mientras lo que está separado
y disperso es Yin). A través de la interacción de ambas se puede obtener equilibrio
y armonía. Sabemos que todo lo que existe está en continua transformación, Yin no existiría
sin Yang y Yang no existiría sin Yin, y sin ambas fuerzas no existiría la vida.
Un ejemplo es el atardecer, que es lo Yan transformándose en Yin o el amanecer
que es lo Yin transformándose en Yang.
La energía Yin es centrífuga, enfría, expande, dispersa… Todas
las personas tienen ambas energías pero cuando hay un gran desequilibrio y rige
Yin en extremo a la persona le costará concentrarse, tendrá falta de memoria,
la mente siempre estará pensando en el futuro. A este tipo de personas les
falta tierra, centro, son muy creadores, tienen mucha imaginación pero les
cuesta llevarlo a la práctica.
La energía Yang es centrípeta, calienta, concentra, bloquea...
Cuando rige en exceso en una persona, ésta estará rígida, inflexible e
irascible. La mente estará siempre en el pasado. A este tipo de personas les
mueve las cosas sensoriales, son muy prácticos pero en muchas ocasiones están
bloqueados y demasiado tensos.
Todas las personas nacemos con unas características, hay
quien es más Yin (clásico ejemplo de Don Quijote) y hay quien es más Yang (imaginemos
a Sancho Panza) pero lo importante es que aunque la estructura no podemos
cambiarla, ya que nacemos con ella, la condición sí que podemos cambiarla. Una
persona puede ser muy Yang pero estar muy Yin o viceversa. Hay que tener muy en
cuenta que ninguna característica es mejor que la otra, lo importante es que la
combinación de ambas nos ayuden a encontrarnos, a sentirnos mejor y sacar lo
mejor de nosotros mismos. Para obtener estos beneficios la alimentación debería
basarse en CEREALES INTEGRALES (arroz integral, avena, centeno, cebada, quinoa,
mijo…), PROTEÍNAS VEGETALES (legumbres, soja, seitán, tempeh, incluso pescado
en determinados casos), GRASA DE BUENA CALIDAD (aceites de primera presión en
frío, semillas, frutos secos), ALGAS (verduras del mar) y FRUTAS Y VERDURAS
frescas y de la estación. De esta manera evitamos altibajos
energéticos a nivel físico y desequilibrios a nivel mental y emocional (emociones extremas).
Si en cambio comemos alimentos extremo Yin como alcohol, estimulantes,
azúcares refinados, vinagres, frutas tropicales, solanáceas (pimiento, tomate,
berenjena o patata) o lácteos blandos nos darán una energía falsa a corto plazo, haciendo
que a largo plazo tengamos un bajón energético que nos hará acudir de nuevo a
estos productos, creando una rueda sin fin que nos debilita a todos los niveles.
Otras veces acudimos a alimentos extremo Yang como son las grasas saturadas (embutidos,
quesos o carne) o los productos muy salados (snacks) creándonos una energía de
tensión y bloqueo que nos dificulta a la hora de realizar nuestras actividades con
energía, ánimo y constancia.
¿Cómo llevamos esto a
la práctica? ¿Por dónde empezamos?
Imaginemos que a media mañana o media tarde estamos decaídos,
con poca fuerza, nos cuesta concentrarnos,...es decir, nos sentimos “débiles”
porque estamos muy Yin. Necesitamos alimentos Yang, la energía opuesta. En vez
de acudir a alimentos Yang extremos como los que he comentado antes, podemos acudir a
tortitas de arroz o pan integral con levadura madre combinándolos con patés
vegetales de verduras o legumbres (hummus por ejemplo), mantequilla de sésamo
o cacahuete emulsionadas, tofu ahumado, barritas energéticas de semillas y
frutos secos hechas por nosotros (ver recetas)… junto con un buen café de
cereales. Estos alimentos nos darán la energía que necesitamos para seguir
nuestra actividad pero sin bloquearnos, crear excesos y tensión.
En otras ocasiones podemos sentirnos hiperactivos,
agresivos, con exceso de calor, ideas fijas… estaremos muy Yang. Para
relajarnos, y no acudir al alcohol, al azúcar refinado, bebidas azucaradas o a
la comida en exceso, alimentos que relajan pero al mismo tiempo desequilibran,
podemos acudir a zumos, batidos o licuados de frutas o verduras como zanahoria
o tomate, tortita de arroz con mermelada sin azúcar o a una compota.
El cambio de alimentación debe ser muy lento y gradual, no
se trata de una dieta sino de una forma de alimentación que nos cambiará la
vida. Haz pequeños cambios, empieza poco a poco a sustituir las hidratos de
carbono refinados por hidratos de carbono integrales, introduce más verduras en
tu alimentación (puedes empezar introduciendo una ensalada en cada comida y
poco a poco innovando diferentes maneras de cocinar las verduras), reduce los azúcares
refinados y la sal, que haya más proporción de ingesta de pescado que de carne
para poco a poco ir eliminándola, sustituye la leche animal y la leche de soja
por leche de cereales o frutos secos como avena, arroz, almendra…, reduce el
alcohol, reduce el café sustituyéndolo por café de cereales o te, introduce
semillas, frutos secos y algas en tu alimentación.
Prueba un día y observa la energía, ¿notas la diferencia?
Cuéntame cómo te sientes y pregúntame si tienes dudas.
Una sonrisa con mucha energía
Receta de Barritas Energéticas
ResponderEliminarIngredientes: 2 tazas de galletas de arroz (desmenuzadas), 1 c.s. coco rallado, 1 c.s. pasas sin lavar, 4 c.s. melaza de cebada y maíz o miel de arroz, 4 c.s. semillas de girasol, 4 c.s semillas de sésamo y/o calabaza.
Lavar las semillas y tostarlas ligeramente (cada tipo por separado) en una sartén sin aceite.
Colocar la melaza en una cazuela y calentarla (sin añadir agua) removiendo constantemente con una espátula de madera.
Añadir los demás ingredientes, a fuego medio-bajo y mezclarlos muy bien hasta obtener una masa compacta y amalgamada por la melaza. Dejar 2h y cortar las barritas.
Se pueden añadir también frutos secos (tostados por separados en el horno).