¿Te pasa en ocasiones querer expresar algo con palabras y que parece que el lenguaje se quedara corto porque no consigues expresar lo que realmente sientes? Vuelves una y otra vez y nada, no encuentras la palabra. Normalmente tiene que ver con sentimientos, con las emociones que tenemos. Ponerlas nombre es un triunfo, y ¿entender el significado que tiene en ese momento? ¡Otro triunfo!
Algo que utilizo en la consulta cuando esto ocurre, que me gustaría compartir contigo, sobre todo con la gente más creativa, es el dibujo.
Tanto cuando hablamos de hambre emocional, personas que comen por sentirse solos, frustrados, enfadados... Dibujando esa fuerza que día tras día a uno le lleva a atacar las galletas, el chocholate, los trocitos de sandía en gominola... Como cuando hablamos de esos propósitos de vida (deporte, relajación, meditación...) que sabemos que nos sientan tan bien y que por una razón u otra no encontramos el momento de ponerlos en práctica, dibujando también esa fuerza que nos hace dejarlo para después, procrastinando. Y trayendo la posterior sensación de culpabilidad.
Dibuja en un papel esa fuerza, ese monstruo, ese diablillo que te lanza ese pensamiento negativo ("va! total, por un día más no pasa nada", o "¡Ya lo he probado todo y no ha dado resultado, quiero disfrutar de la vida!", o "total ya estoy gorda, o "mañana empiezo", o "tengo demasiado trabajo", o "no tengo tiempo para nada"...).
¿Te viene algún pensamiento que te digas en esos momentos de "debilidad"? Apúntalos en un cuaderno para que cada vez que te lo digas (normalmente será una o dos frases que te ayudan a no sentirte culpable en ese momento) te acuerdes que son los pensamientos que te dices para sacarte del camino que tu realmente quieres transitar.
Cuando tengas el dibujo de esa fuerza de la que estamos hablando, obsérvalo, observa los colores, las formas, busca el significado (quizá no sea con palabras sino con otro sentimiento, una sensación de comprender algo nuevo, una intuición...).
El dibujarla nos ayuda a desidentificarnos, a ver lo que está ocurriendo desde fuera, a ser imparciales, a sentir de otra manera y a enfocar la situación desde otro punto de vista. ¿Te animas a probar?
Comparto contigo el dibujo que hizo una persona muy especial, a través del mismo mostraba cómo se sentía marioneta de los medios de comunicación, del sistema de educación, el consumismo, la política... se separaba del mundo mundano y terrenal con espirales de colores y se protegía con una luz blanca que visualizaba mientras meditaba. A la vez que utilizaba afirmaciones que le daban poder como "voy a pasar de ti", "voy a vibrar".
El hábito de vida que esta persona quería recuperar era la meditación, sabía lo bien que le sentaba pero sentía que ese mundo influenciador de una forma u otra le sacaba de su camino. Encontró el valor que la meditación le aportaba y por qué era tan necesario que estuviera en su vida, la meditación le hacía huir de lo "cuadrado", le iluminaba y gracias a esa fuerza, poco a poco iba rompiendo las cuerdas que le unían con esa fuerza que no le dejaba evolucionar. Desde aquí mando un fuerte abrazo a esta persona, que estoy segura que con la fuerza y ganas superará las pruebas que la vida le está trayendo y saldrá fortalecida de todo este proceso.